Para aquellos de nosotros que ponemos tanto de nosotros mismos en el omakase, es más que nuestro trabajo; es nuestro hogar. Y así es como tratamos de recibirle: como un invitado en una casa que amamos, de la que estamos orgullosos y que deseamos que usted también ame. Queremos que te sientas especial cuando estés aquí, queremos que esperes que todo, hasta el último detalle, esté cuidado para ti, para que te sientas bienvenido, relajado y a gusto. Y, sobre todo, feliz. De eso se trata. No queremos impresionarle. Queremos reconfortarle y hacerle feliz.